Proveedor, arrendador y cliente son las tres partes de un contrato de renting, que tienen roles y responsabilidades distintos pero complementarios. Conocer las habilidades de cada una de ellas es esencial para hacer cada contrato de renting en un mecanismo con amplio tratamiento.
Un contrato de renting es mucho más que un simple documento que los participantes firman como reconocimiento de las condiciones presentadas. De hecho, en un contrato de renting existen tres participantes involucrados: el cliente, el arrendador y el proveedor de equipo. Estos funcionan como tres piezas de un puzzle debidamente equilibrado, en el cual ninguna de estas puede faltar – ni fallar.
Para quien no está acostumbrado a estas tareas, puede ser relativamente fácil confundir el rol y las responsabilidades de cada una de las partes interesadas. Intentamos entonces aclarar y clarificar el rol que cada una desempeña en esta relación tripartita.
Proveedor: mucho más que equipar
Comenzando por el proveedor, sus habilidades en un contrato de renting van mucho más allá que el simple acto de proporcionar un equipo. Por ejemplo, corresponde al proveedor el rol de analizar las necesidades del cliente y de sugerir cuál es el equipo que mejor responderá a cada caso concreto. Este aspecto es más importante de lo que parece ser.
Nadie, salvo el proveedor, conocerá tan bien su oferta y las características de cada solución. Cuanto más completa sea la descripción de las necesidades por parte del cliente más acertada será la solución recomendada.
También corresponde al proveedor realizar la entrega y la instalación del equipo en el lugar solicitado por el cliente. Este es otro aspecto fundamental, ya que el transporte y manejo de determinados equipos requiere cuidados especiales que solo el proveedor conoce, siguiendo las mejores prácticas recomendadas hasta el momento en que el cliente ha recibido lo que pidió en sus instalaciones.
Una vez concluida esta etapa, el proveedor brindará la necesaria formación inicial al cliente sobre cómo utilizar el equipo, aclarar cualquier duda sobre el funcionamiento cuando sea necesario. No menos importante, y en una lógica de seguimiento, el proveedor también es responsable de proporcionar apoyo técnico, realizar el mantenimiento de los equipos y suministrar los consumibles – en este caso se deberá firmar un contrato entre el cliente y el proveedor para definir las condiciones de estos servicios en particular.
Arrendador: mucho más que arrendar
Respecto al arrendador, le cabe mucho más que simplemente ceder el derecho de uso temporal del bien. En efecto, el arrendador no es sólo quien compra el equipo listo al proveedor, convirtiéndose en el propietario efectivo del mismo, y luego lo alquila al cliente a cambio de un costo previamente acordado.
De hecho, el arrendador también es responsable del análisis del score y del riesgo del cliente, y de la aprobación de un importe máximo para la financiación. Este es un rol de enorme relevancia, ya que permite al cliente percibir hasta dónde puede avanzar en sus finanzas.
El renting es una solución perfecta para que las empresas puedan disfrutar de los mejores y más indicados equipos sin necesidad de ningún anticipo inicial, y estén capitalizadas para otras necesidades. Pero, obviamente, no se deben someterse a una asfixia financiera mensual. Por lo tanto, es conveniente que el cliente conozca su máximo permitido. En este punto, el arrendador gana un rol destacado y de confianza. Al fin y al cabo, a todas las partes les interesa que las cosas salgan bien y sin contratiempos.
Cliente: mucho más que aprovechar
Por último, pero no menos importante, surge el cliente. A esta parte del contrato de renting corresponde el total usufructo del equipo tal como si fuera suyo, por lo que se debe cuidar y conservar como si fuera de su propiedad. Al final del contrato, que en el renting de equipos puede ser frecuentemente al cabo de 12 meses a 7 años, corresponde al cliente la responsabilidad de la devolución del equipo al arrendador – el efectivo propietario del equipo, se destaca esto a propósito.
En esta etapa, el cliente puede entrar en contacto con el proveedor o el arrendador para recibir una nueva propuesta de renting, si necesita actualizar sus equipos reemplazándolos por tecnología nueva y con más capacidad. Esta posibilidad representa una plusvalía competitiva de enorme importancia, permitiéndole mantener los índices de innovación al alza – y siempre con la ventaja fiscal de poder deducir los costos con el renting en sedes de IRC e IVA.
Tres partes de una historia de éxito
Como se observa, en un contrato de renting están bien claras y definidas las responsabilidades de cada una de las partes implicadas: proveedor, arrendador y cliente. Asumir estas obligaciones y respetar los derechos y responsabilidades de cada una significa cruzar la mitad de la meta para que el contrato transcurra con tranquilidad y de un modo más benéfico para todos los interesados.
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