Todos los años se producen en el mundo más de dos mil millones de toneladas de basura, de acuerdo con los datos de la Organización de las Naciones Unidas. En un planeta que quiere ser más verde, estos son números negros que poco contribuyen a la conservación de los recursos naturales y de un medio ambiente saludable.
En este escenario, la implementación de un modelo de economía circular se vuelve urgente. Ya son varias las iniciativas llevadas a cabo por particulares y empresas para darle otra vida a los productos al final de su vida útil, minimizando el impacto ambiental resultante de la industrialización y de la economía lineal.
Sin embargo, todavía existen muchas oportunidades de mejora por explorar. Hablamos de la adopción de nuevas prácticas relacionadas con la reutilización y el reciclaje de los residuos desechados y de una mayor concienciación por parte de la comunidad.
En Liqui.do asumimos la misión de ayudar a las pequeñas y medianas empresas de todo el mundo a volverse cada vez más competitivas, a través del acceso a equipos de calidad y que, además de todo eso, no se convierten en basura al final de su vida útil, entrando en el concepto de economía circular.
¿Qué es la economía circular?
El nombre no es del todo extraño y la verdad es que surge cada vez con más frecuencia en los medios de comunicación, en las redes sociales, en los foros mundiales e incluso en las conversaciones del día a día. La economía circular es un concepto estratégico presente en las políticas de reducción, reutilización, recuperación y reciclaje de materiales y también de energía.
En realidad, el aumento del número de productos disponibles en el mercado y, sobre todo, la forma en la que estos se encuentran disponibles en el mercado a disposición del consumidor, ha acabado, progresivamente, por dar lugar a un considerable aumento en relación a la producción de residuos.
El modelo adoptado actualmente por la sociedad ha dado lugar a dar prioridad, claramente, al concepto de final de la vida útil, en el que se basa la economía lineal. En los últimos años, esta opción ha generado un encendido debate en relación a las diferentes cuestiones ambientales relacionadas con una preocupación mucho mayor: la sostenibilidad del propio planeta. La Fundación Ellen MacArthur, cuyo objetivo es acelerar la transición a la economía circular, explica bien el concepto en su video:
De acuerdo con los datos de un estudio mundial publicado por el International Resource Panel, relacionado con el Programa Ambiental de las Naciones Unidas, en los últimos 100 años, se ha pasado a usar 34 veces más materiales naturales o sintéticos, 27 veces más minerales y 12 veces más combustibles fósiles.
Y la verdad es que cuanto más se consume, más residuos pasa a ser necesario eliminar y, al mismo tiempo, menos recursos naturales pasamos a tener a nuestra disposición, ya que hace mucho tiempo que nos dimos cuenta de que estos son finitos y que cada vez están más limitados.
Una alternativa a considerar
El comienzo de la economía circular todavía no se ha determinado con claridad y tampoco a quién se le atribuye, pero se sabe que Alemania y Holanda han sido pioneras en la implementación del concepto.
La economía circular surge como una alternativa natural, sustituyendo el concepto de final de la vida útil por el de flujo circular de reutilización, restauración y renovación, impulsando de nuevo el famoso concepto de las tres R que sustentan la idea «Reducir, Reutilizar y Reciclar», en un proceso totalmente integrado.
En Liqui.do vemos numerosas ventajas en la adopción de una economía circular en el área del alquiler de equipos. La creación de una economía en la que todos los participantes son conscientes de su impacto ambiental será la clave para un modelo más sostenible a largo plazo.
En la modalidad de alquiler, el usuario paga una mensualidad que da acceso al uso de los bienes durante el período contratado. Al final del contrato, el equipo se le devuelve a la empresa de alquiler, responsable de dar continuidad al ciclo de vida del equipo.
En este punto, el modelo de negocio de Liqui.do es totalmente sostenible ya que, al finalizar los contratos, los equipos no terminan en la basura. En realidad, se vuelven a colocar en el mercado, vendiéndoselos a los revendedores que, a su vez, los venden de segunda mano, o, como alternativa, se envían para su reciclaje, en caso de que hayan llegado al final de su vida útil.
Un futuro más circular…
¡Y estos son pasos ambiciosos! Hablamos de transformar un modelo de economía lineal de éxito y ya enraizado, desde hace más de trescientos años, pero cuya factura estamos empezando a pagar ahora.
La Comisión Europea ya ha incorporado estos temas en sus planes estratégicos y entiende las ventajas derivadas de esto: reducción del riesgo de abastecimiento de materias primas críticas, reducción de los GEE asociados a la extracción, transporte y transformación de los materiales, mayor eficiencia energética y mejor aprovechamiento de los materiales. Siguiendo en la misma línea, Portugal ha adoptado ya una estrategia en el ámbito de la economía circular.
Son señales claras de que se ha percibido, de hecho, que los recursos no son ilimitados; por eso le corresponde a toda la comunidad la responsabilidad de desarrollar una política de uso responsable de los recursos y de reaprovechamiento de los mismos, siempre que sea necesario.
Esta circularidad tiene que ver con la eficiencia, la innovación tecnológica, las sinergias y los nuevos modelos de negocio. La economía circular es responsabilidad de todos. En Liqui.do fomentamos un uso responsable de los recursos y privilegiamos a los socios de negocio con la misma visión.